Ilusión, creatividad y crecimiento: el tercer eje de nuestro relato

Ilusión, creatividad y crecimiento: el tercer eje de nuestro relato
6 julio 2019 Almena Cooperativa Feminista
Il·lusió, creativitat i creixement: el tercer eix del nostre relat

En octubre de 2018 empezamos a ejecutar el proyecto “De la experiencia al relato común: guía para incorporar la perspectiva feminista a organizaciones de la Economía Social y Solidaria”. En el marco de este proyecto, hemos llevado a cabo un trabajo interno en que el equipo de Almena hemos explorado qué significa para nosotras ser una cooperativa feminista. Ahora queremos compartir reflexiones con otras organizaciones de la Economía Social y Solidaria (ESS), y por eso durante los meses de junio y julio abrimos el debate a través de nuestra web y las redes sociales.

Nuestra reflexión se ha estructurado en cuatro ejes, y será a través de estos ejes que plantearemos el diálogo. Hoy nos centramos en el tercero: Ilusión, creatividad y crecimiento. En el texto que encontráis a continuación, se exponen las principales ideas que hemos trabajado en este eje. Podéis también leer el texto completo de nuestro relato aquí.

Il·lusió, creativitat i creixement: el tercer eix del nostre relat

Disfrutar con lo que hacemos

La cooperativa es un proyecto colectivo e individual. Es, a la vez, un trabajo que nos provee y una construcción en la cual creemos y proyectamos ilusiones y expectativas. Por eso, hemos reflexionado mucho sobre la necesidad de situar también, de alguna forma, el “deseo” en el centro: queremos poder disfrutar de los trabajos que realizamos. Quizás no disfrutaremos con todos, o no con la misma intensidad, pero sí que pensamos que disfrutar de nuestro trabajo es una coordenada importante de nuestro proyecto.

¿Cómo conseguimos tener presente el deseo en el día a día? ¿Cómo podemos mantener esta coordenada y encontrar un equilibrio con la sostenibilidad y la necesidad de ingresos?

De nuevo, pararse a reflexionar puede ser una buena estrategia. Es importante decidir qué proyectos queremos impulsar y ejecutar, teniendo en cuenta las necesidades y deseos de cada una. Es evidente que este no puede ser el único criterio, porque hay otros que también entran en juego (sostenibilidad económica, estrategia, etc.), pero queremos visibilizar que esto también es importante.

 

Formarnos y actualizarnos

Parte del placer consiste en poder aprender constantemente. La cooperativa debe ser un espacio de crecimiento individual y colectivo. Lamentablemente, llevarlo a la práctica no es tan fácil como enunciarlo.

Los espacios de aprendizaje son muchísimos en nuestro contexto. No paramos de recibir invitaciones para jornadas, seminarios, cursos, encuentros, etc. La gran mayoría son extremadamente interesantes y acudir a ellos nos aporta muchísimo. Pero es difícil encajarlo todo, la cotidianidad se nos come y a menudo acabamos relegando a un segundo término el tiempo dedicado a estos espacios.

Otro aspecto importante es la socialización de lo que aprendemos. Todas hemos manifestado durante este proceso la voluntad (y necesidad) de compartir más los aprendizajes que surgen de los proyectos y también de las jornadas, las formaciones y otros espacios en los que participamos. Sabemos que cuando compartimos y nos ponemos a pensar juntas, nos retroalimentamos y se dispara la creatividad. Son momentos que también dan sentido al proyecto de cooperativa feminista que tenemos.

Pero, ¿qué mecanismos nos pueden permitir tener espacios de aprendizaje e intercambio sin aumentar desmesuradamente la carga de trabajo?